Capítulo 60



            Se dirige al pabellón alfa, al despacho del decano.

            -Me ha dicho que viniera… ¿Por qué?-

            Al llegar a la puerta escucha a dos personas.

            -Creo que lo ha malinterpretado, decano Rodríguez.-

            -Sí, la familia Vega me ofreció trabajar aquí, pero…-

            -Eso no significa que tengamos algún parentesco.-

            -¿Así que es eso? Lo siento. Estaba equivocado.-

            -¿Este trabajo tiene algo que ver con eso?-

            -No, no. Nada que ver. Por favor, olvídelo.-

            -Está bien. Me encargaré de lo de esta noche.-

            -Gracias.-

            -Me voy.-

            El muchacho aparta la oreja de la puerta y se retira unos pasos. La puerta se abre y aparece la señorita Leticia.

            -Eh, Lavith.- saluda la señorita Leticia.

            -¿Dónde vas a ir esta noche?-

            Bastante seria  triste dice la señorita Leticia. –Acaban de despedirme.-

            Sorprendido el muchacho pregunta. -¿Cómo?-

            Con una sonrisa dice ella. –Es broma. Tengo que irme un par de días.-

            -Oh.-

            -No enfermes durante mi ausencia.-

            -He escuchado parte de la conversación con el decano. Sonabas muy guay cuando hablabas con él.-

            La señorita Leticia aparta la mirada y se ruboriza. –N… No digas tonterías.-

            Se produce un ligero silencio.

            Cierra los ojos el muchacho. –Mmm…-

            -¿Qué?- Pregunta ella.

            -Te has puesto colorada.-

            Niega ella con la cabeza. –No, para nada.-

            -Molas mucho, señorita Leticia.-

            -Para. Por favor, para.-

            El muchacho mirándola piensa. –Es su debilidad.-

            Con una sonrisa en el rostro de la señorita Leticia. –Ya tuve problemas por comentarios de este tipo.-

            -¿Porque te halagaban?- Pregunta Lavith.

            -Al principio era bastante agradable, pero antes de darme cuenta acabé controlada por los demás.-

            -¿También te pasa a ti?-

            -Una observación un tanto extraña. Todo el mundo comete errores.- Dice la señorita Leticia.

            -Nunca me lo hubiera imaginado de ti.-

            -Eso es porque no conocías a la Leticia de joven. Y fui así hasta hace poco. Cometía un montón de errores. Incluso en la actualidad.-
           
            El muchacho no dice nada y continúa ella. –Has venido a hablar con el decano, ¿verdad?-

            -Sí.- Afirma el muchacho.

            -Entonces, olvídalo. Adiós.-

            -Adiós.- Se despide Lavith.

            La señorita Leticia abandona el pabellón alfa.

            -No la veré en un par de días. ¿A qué se refería con eso último?- Piensa.

            Toc, toc.

            -¿Eres tú, Lavith?- Pregunta el decano desde su despacho.

            -Sí.-

            -Pasa.-

            Abre la puerta y entra al despacho. El decano sentado en su silla y con un puro dice. –Gracias por esperar.-

            -Y bien, ¿qué era eso tan importante de lo que querías hablarme?-

            -Antes de nada, me gustaría preguntarte por tu salud.-

            -¿Eh?- Pregunta sorprendido el muchacho.

            -¿Has notado algún signo de los ataques?-

            -No, nada.- Niega con la cabeza.

            -¿De verdad?-

            Afirma con la cabeza Lavith.

            -Bien, me alegro. Y ahora centrémonos. Si la situación de la escuela no mejora, la trasladaré a otro lugar.

            -¡¿Qué?!- Pregunta el muchacho sorprendido.

            -No hagas que lo repita. Cerraré la escuela. En el peor de los casos, la trasladaré.-

            -Pero, ¿por qué?-

            -Lo he estado meditando durante mucho tiempo. Comencé a planteármelo seriamente este verano. La razón está reflejada en el informe que me has entregado. El entorno estresa a los estudiantes. Y también existe otro motivo. Nos hemos dado cuenta de que la seguridad de la escuela es vulnerable a los intrusos del exterior. Y encima está aquel asalto. Si no encontramos al culpable, este lugar seguirá estando en peligro.- Dice el decano.

            -¿Asalto?- Pregunta el muchacho.

            -Alguien atacó a Sonia Sanchez ayer por la noche. Todavía no he permitido que nadie supiera de este incidente.-

            -¿La señorita Sonia?-

            -Está recibiendo el tratamiento adecuado en otro sitio mucho más seguro. Considero que debo cerrar la escuela hasta que encontremos al culpable. Pero no quería hacerlo público, así que lo he mantenido en secreto.- Dice el decano.

            -Señorita Sonia… Pobrecita.- Piensa el muchacho.

            -Ahora tengo que contarte algo sobre ti.-

            -¿Sí?-

            -En cuanto reabra la escuela, permanecerás durante un tiempo, pero… Más adelante haré que te transfieran a otro colegio.-

            -¿Transferirme?- Pregunta Lavith.

            -No tenía planeado hacerlo tan pronto. Pero será mejor para ti hacerlo de esta forma. Ya te daré más detalles mañana. Hasta entonces, no cuentes nada de esto a nadie, ¿de acuerdo?-

            -Sí, claro.- Dice Lavith.

            -Ve a tu habitación y descansa. Tengo que ir a un sitio.-

            -Vale.-

            Sale del despacho del decano pensando. -¿Cerrará la escuela? Sería lógico hacerlo si hubiese una epidemia de gripe, pero… Ha sido una decisión repentina. Y trasladarla… Después de haber gastado tanto dinero en construir una aquí. En fin…-

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