-No queda nadie, el sol se pone tan temprano por las montañas… Ey, perrito.-
El perro ladra. -¿No te he visto esta mañana?-
Se acerca el perro; un pastor alemán adulto. Se sienta delante del muchacho. –Lo siento, no tengo comida.- El perro le olisquea.
-¡Te estoy diciendo la verdad! No tengo nada de comer.-
Mira al muchacho y le ladra una vez. –Tranquilo, perrito… tranquilo.- El perro menea el rabo.
Se arrodilla Lavith y el perro se acerca. -¡No me chupes! ¡Me haces cosquillas!-
Da un pequeño salto el perro apoyando sus patas delanteras en él. –Espera, pesas mucho… Bájate… ¡Y no me chupes!-
-¡Saburo, siéntate!- Se escucha una voz detrás de Lavith.
El perro ladra, apartándose un poco se sienta.
-Eh, Yuta…-
-¿No te dan miedo los perros?-
-No.- Niega con la cabeza. –Pero este es enorme.-
Ladra el perro y Yuta mirándolo dice. –No, no eres tan grande…-
-¿Es tuyo?-
-No, es amigo mío.- Responde Yuta.
-¿Y se llama Saburo?-
-Sí. Es un buen nombre, ¿eh? Hace mucho que nos conocimos.-
La persona extraña que salió de la residencia femenina, aparece sin decir nada. -Ups. Tengo que irme. Todavía me queda trabajo por hacer.- Dice Yuta.
… -Oh, y este es Miguel Ángel López, pero le llamamos Miguel. Trabaja en la oficina de la escuela.-
-Hola, encantado de conocerte.- Dice Lavith.
-Hola.-
… No dice nada, tan solo se queda mirando el rostro serio y misterioso de Miguel. –Ya lo he visto antes.- Piensa Lavith.
… -¿Y tú que haces, Yuta?-
Bueno, mi trabajo es hacer de la escuela un lugar mejor. Y quizá incluso algún trabajito de reparación.- Dice Yuta.
Saburo comienza a caminar hacia la valla. Va muy despacio. –Debe ser muy viejo… Y ahora….-
Camina hasta la residencia masculina y entra en su cuarto. Cierra la puerta y se tumba en la cama. –A ver… Ahora sé que hay algo llamado el “aroma”. Ya no tengo que preocuparme por estar perdiendo el tiempo… Soy un completo extraño en lo que se refiere a Tommy y Laura… Pero pensándolo bien, tampoco es nada raro. ¿Qué hay de malo en haber tenido una cita secreta en la sala del Consejo Estudiantil? Bueno, es un problema si tenemos en cuenta que su propio presidente se salta las reglas de la escuela. Pero no creo que tenga nada que ver con mi “problema”… No… Cuando me encontré con Laura, tenía el presentimiento de que iba a pasar algo malo. En el pasillo, se quedó paralizada con cierto asunto… La conversación con ese estudiante, David, en la azotea… Por ahora, lo mejor será que me centre en el “aroma”.-
Se incorpora, da un suspiro. –Tengo que ir a por la chaqueta.-
Va a la planta baja del edificio alfa. Se está haciendo demasiado tarde, apenas hay gente por el pasillo. Llega a la puerta de la enfermería. –A por la chaqueta…-
Toca en la puerta. -¿Eres tú, Lavith? Pasa.- Se escucha dentro.
-¿Cómo sabía que era yo?- Piensa mientras abre la puerta.
Entra y ve a la señorita Leticia sentada en su silla con las piernas en el escritorio. –Cuánto tiempo sin verte.- Dice ella con una sonrisa.
-Pero si hemos hablado esta misma mañana.-
-Por cierto, gracias por la chaqueta. Me hubiera gustado devolvértela antes, pero no te he visto por ninguna parte.-
-Como pille un resfriado será culpa tuya.-
-¿Eh?- Pregunta Leticia extrañada.
-Nada…- Mira a una de las camas y ve su chaqueta. –Jo, si hasta la ha limpiado. Que maja.- Piensa.
-Por cierto, en lo que respecta a lo de esta mañana, le he dicho a Roberto que no te vuelva a molestar.-
-Gracias.-
Se produce un silencio y pregunta él. -¿Pasa algo?-
-¿Eres el guardaespaldas de Lucía Vega o algo así?-
-Por supuesto. Es muy mona y tiene la mejor sonrisa del mundo.-
…
-Es broma. Sólo pasaba por allí cuando Roberto la estaba molestando.-
… Sigue sin decir nada ella. -¿Qué?- Pregunta Lavith.
-Ha sido muy cortés por tu parte.-
-¿Te estás quedando conmigo?-
-No, para nada.-
…
-Pareces algo receloso. ¿Por qué no confías en mí un poquito más?-
-¿Debería?- Pregunta él.
-¿Cómo te encuentras?- Pregunta levantándose de la silla.
-¿Por qué me preguntas eso?-
-He oído que no estás del todo bien. ¿Cómo te encuentras últimamente?-
-Estoy bien, pero ¿por qué tanto interés?-
-Soy médico. Se supone que es mi trabajo preocuparme por los pacientes. Además, hay una epidemia. Todo el mundo está cogiendo un resfriado.-
-¿Ah, sí?-
-Debe ser cosa del cambio de estación. Ha hecho mucho frío estos dos o tres últimos días.-
Afirma con la cabeza él.
Leticia se acerca a él preguntando. -¿Te encuentras bien de verdad? Quizá no lo hayas notado porque siempre estás algo tenso.-
-¿Estás sugiriendo que estoy enfermo? ¿Es normal que un resfriado se propague así, por toda la escuela?-
…
-Oye… ¿Por qué me miras así?- Pregunta Lavith notando como la mirada de ella se clava fijamente en él.
-¿Puedes concretar más tu pregunta?-
-¿De qué me estás hablando?-
-Si quieres respuestas claras, deberías hacer preguntas concretas.-
-Concretas, ¿eh?-
-Eso es.- Dice ella volviendo a sentarse en su silla.
-Vale. Me gustaría preguntarte sobre ese perfume.-
-Ah, ese que es tan popular últimamente.-
Afirma Lavith. –Sí, ese “aroma” del que todos hablan. Lucía lo trajo a la escuela hace un tiempo.-
-Ummm…- Cierra los ojos ella.
-Me resultó muy extraño que todos oliesen igual. Y el motivo por el que te lo pregunto es porque a mí, personalmente, no me gusta ese olor.-
… -¿Pero qué coño estoy diciendo?- Piensa Lavith.
-¿Y?-
-No tendría que haber preguntado.- Vuelve a pensar.
… Los dos no dicen nada.
-Así que eso, bueno, me preocupa el “aroma” ese…-
-¿Qué te preocupa?- Pregunta ella.
-Nada… ¡Olvídalo!-
-Lo siento, pero es que nunca un estudiante me había hecho preguntas de este tipo.-
…
-No sé que responderte.-
-Ya te he dicho que da igual.- Dice Lavith.
-¿Da igual? Algo así me dijeron cosa de un mes.-
-¿Cómo?- Pregunta sorprendida.
-Oí que el decano había ordenado analizar el perfume, y que conocía su composición, pero lo mantenía en secreto. Tommy me dijo no se lo comentase a nadie.-
-¿Tommy?-
-Se preguntaba si era alguna clase de droga. Eso ocurrió inmediatamente después de que el “aroma” se hiciese tan popular en la escuela.-
-Así que es eso…- Dice él sentándose en una cama.
-Por aquellos días, Tommy todavía era normal.-
-¿A qué te refieres?-
-¿A qué me refiero con qué?- Pregunta ella.
-Has dado a entender que Tommy ha cambiado desde entonces.-
-¿He dicho eso?- Pregunta ella sorprendida.
-Sí, lo has dicho.- Afirma.
-Quería decir que por aquel entonces se esforzaba mucho. Pero ahora, está siempre ocupado con su novia.-
… -Sí, esos dos lo llevan bastante bien.- Piensa Lavith.
-¿Algo más, Lavith?-
-Bueno… Entonces el “aroma” es inofensivo, ¿no?-
-Hasta donde yo sé, sí.-
-Me alegra escuchar eso.-
-¿He resuelto todas tus dudas?-
-Sí. Me sorprendes que estés haciendo tu trabajo.-
-¿Por qué dices eso?- Pregunta él.
-Quiero decir, que siempre que te veo estás durmiendo. Pero hoy…-
-¿Cómo sabes eso?-
-Tú me lo dijiste. Bueno… tengo que irme.-
-Eres un capullo.- Se despide ella.
Agarra su chaqueta y se va. Al cerrar la puerta piensa. –No sé por qué, pero estar con Leticia me relaja. No importa cuánto tiempo hable con ella… Es bueno que todavía no le haya contando nada sobre mí y mi tío.-
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.