Capítulo 18

    De vuelta en el segundo piso del Pabellón Alfa, estornuda al oler el perfume. -¿Tengo que esperar a toda esta gente? Parece muy popular. No debe ser un club cualquiera.- Piensa mientras observa a los estudiantes haciendo fila. Se tapa la nariz para evitar estornudar. –Aquí se puede oler el “perfume” más que en ningún otro sitio.- Piensa caminando un poco hasta el club.

    -Disculpa.-

    Lavith se da media vuelta para ver quien le ha llamado.

    -Hola.- Saluda ella con una voz suave.

    -Ah, tú eres la de esta mañana.- Se queda mirándola: su piel es más blanca que de los demás estudiantes. Su pelo de color rojo y ondulado llega hasta sus pechos. Es totalmente diferente a todos los demás…

    -Sí. Hola. Me llamo Lucía Vega.-

    -¿Qué tal estás? Yo me llamo…-

    -Lavith, ¿no?-

    Los dos se quedan en silencio pero lo interrumpe Lucía. –Muchas gracias por lo de esta mañana.-

    Un pequeño flashback le viene al muchacho al recordar como la “salvo” de Roberto. Pero apenas la miró, estaba pendiente en no morir. –Si no he hecho nada.- Dice con una sonrisa.

    -Sí que lo has hecho, y te lo agradezco.-

    -¿En serio?- Un poco sorprendido pregunta y con la mirada apartándola de ella piensa. –Deberías agradecérselo a la señorita Leticia…-

    -Por cierto, ¿por qué viniste aquí esta mañana?- Pregunta ella con las mejillas rojas.

    -¿Estás en el club de la ceremonia del té?-

    -Sí.-

    -Ah… Quizá debería preguntarle a ella.- Piensa Lavith.

    -Por favor, pasa.- Dice ella amablemente y abriendo la puerta del club.

    -¿Eh?-

    -Si quieres preguntar algo. Por favor, pasa.-

    Mirando a los demás haciendo fila. -¿No tengo que hacer cola?-

    Con los ojos cerrados, niega con la cabeza. –No. Por aquí.-

    -Gracias.-

    -Sígueme.-

    Se sientan los dos cerca de la mesilla.

    …

    -Ya te he explicado todo sobre el club. ¿Lo has comprendido?-

    -Sí.-

    Se puede oler ese “aroma” por todo el club de la ceremonia del té. Los del club remodelaron una de las clases especiales y la convirtieron en una habitación muy grande de corte japonés. Y está llena de gente, excepto el área donde están los dos.

    -Posiblemente no sea una persona cualquiera.- Piensa al ver que están “solos”.

    -Esto…-

    -No sabía que también hubiese una ceremonia de incienso.- Dice Lavith al ver en la mesa varias cajas con palos de incienso.

    -Sí, la hay.-

    -¿Y… profundizáis en ella?-

    -No. Solo hacemos una introducción.-

    -Parece muy popular.- Dice mirando un poco a los demás.

    -Lo que es popular es el olor en si. A nadie le preocupa los procedimientos ni los modales que conlleva.-

    -Ya veo.-

    -¿Alguna otra pregunta?- Pregunta Lucía.

    -Parece que eres la que más sabe sobre el tema.-

    -No sé…-

    -Mmm. ¿Quién trajo el “aroma” al club de la ceremonia del té? ¿Su orientador?-

    -No. Fui yo.-

    -Ajá…-

    -Eres nuevo, ¿no, Lavith?-

    -Me transfirieron a esta escuela hoy mismo.-

    -Entonces no me extraña.- Dice Lucía con un tono muy suave.

    -¿Sí?-

    … Se produce un ligero silencio, pero pregunta Lavith. -¿Cómo sabías que quería hacerte unas preguntas?-

    -Por mi sexto sentido.-

    -¿Sexto sentido?-

    -Sí. Te vi en el pasillo, y noté algo diferente en ti en comparación con los demás.-

    Sorprendido el chaval pregunta. -¿Cómo qué?-

    -No parecía que necesitases todavía el “aroma”.-

    -¿Todavía?-

    -Sí.- Dice ella afirmando con la cabeza.

    -¿Qué quieres decir con eso?-

    -Nada en particular…-

    …

    -Verás, he oído que este “aroma” tiene efectos relajantes. Pero en tu caso, posiblemente tendría la habilidad de suprimir tus propias emociones. No lo necesitas.-

    -¿Quieres decir que estoy tranquilo?-

    … Lucía no dice nada, tan solo sigue sentada pero con los ojos cerrados.

    -¿Me equivoco?- Pregunta Lavith.

    -No. Tal y como has dicho…-

    -¿Vienen las mismas personas regularmente?-

    -Sí.-

    -Lo que significa que es adictivo.- Piensa mirando otra vez a los demás. -¿Puedo ver el incienso?- Pregunta.

    -Claro.-

    Lucía va a buscar el incienso. Los ojos de Lavith la mira en todo momento y piensa. –Tiene una gracia exquisita en cada movimiento que hace y en cada bocanada de aire que respira. Su voz y sus movimientos son suaves. Debe ser un don natural.-

    La ceremonia del incienso es como un juego en el que la gente mezcla diferentes tipos de incienso, compitiendo en hacer la combinación que huela mejor.

    -No sé mucho sobre el tema, pero hay un montón de procedimientos a seguir. Y el incienso es la parte más importante de todo eso. ¿Cuál es el ingrediente?-

    -Siento haberte hecho esperar. Este es el incienso.- Le da un pequeño palo en un frasco pequeño de cristal.

    -Es más pequeño de lo que pensaba. Es un simple trozo de madera.- Tras mirarlo piensa. –Pero con un olor muy fuerte.- Lo huele un poco y estornuda. –Dios, ¡demasiado fuerte! ¿Por qué es tan popular? Debe ser una…-

    -¿Crees que el incienso es como una droga?-

    -¿Qué?- Pregunta Lavith.

    …

    -Bueno…- Vuelve a mirar el incienso pensando. –La verdad es que sí que parece una droga. Y es bastante popular. Incluso adictivo. Pero no me importa…-

    De repente le viene a la mente lo que dijo Roberto a Lucía esta mañana. –“Deberías tener cuidado, si no quieres que te expulsen. Haz lo que te diga y demostraré que eres inocente. Haz lo que te diga y no te haré daño.”-

    -Para ser sinceros, era lo que había pensado.-

    -¿En serio?- Pregunta Lucía.

    -Ya sé que no era tu intención. Eres lo suficiente lista para no hacer algo así.-

    Lucía cierra los ojos y al verla se da un golpe en la cabeza con su mano.

    -¿Qué?- Pregunta ella al notar como Lavith se golpea en la cabeza.

    -Quiero decir, que sé que no era tu intención repartir drogas por la escuela.-

    … Sigue sin decir nada ella.

    -Por cierto, ¿has preguntado alguien más por el incienso?- Pregunta él.

    -Sí, un par de personas más.-

    -¿Solo?-

    -Sí, solo dos han venido directamente a mí: el decano y el presidente del Consejo Estudiantil. Pero vinieron por separado. Les preocupaba que fuera adictivo, así que les di una muestra.-

    -De este incienso, ¿eh?-

    -No he vuelto a saber nada desde entonces.-

    -Ya veo…- Dice Lavith mirándola y piensa. –Supongo que mi tío ya lo habría examinado. Y probablemente también conozca su composición. Pero, ¿por qué no me lo dijo?-

    …

    -Siento haberte robado tu tiempo. Ahora tengo que irme.-
   
    -Ha sido un placer.- Dice ella con una sonrisa.

    Abandonan el club y vuelven al pasillo. Más estudiantes hacen fila para el club.

    -Si tienes alguna pregunta más, por favor, no dudes en volver.-

    -¿En serio? No me gustaría molestarte.-

    -No te preocupes, es un placer para mí.-

    -¿No estás enfadada porque haya pensado que estabas usando drogas?-

    Niega ella con la cabeza. –No te puedo culpar por pensar así. Es inevitable que la gente sospeche.-

    -Así que, ¿no vas a hacer nada al respecto?-

    -Lucía no dice nada, tan solo cierra los ojos. –Yo lo haría si fuese tú.- Dice Lavith.

    Sigue sin decir nada ella. -¿Qué ocurre?- Pregunta él.

    -Nada. Tengo que irme…-

    Ella se va y entra en el club. –El “aroma”…- Piensa mientras la ve irse. Al cerrar la puerta recuerda parte de conversación entre los dos. –“Sí. Te vi en el pasillo, y noté algo diferente en ti en comparación con los demás.”-

    -“¿Cómo qué?”-

    -“No parecía que necesites todavía el aroma.”-

    …

    -Una persona que necesita el “aroma”… No pillo una mierda. Mmmm, debería cambiar el enfoque. “Una persona que lleva el perfume” y “una persona que no”. Supongo que, a no ser que lo use, no seré capaz de sentir sus efectos… Ya pensaré en algo mientras camino.- Piensa al terminar de recordar la conversación.

    Comienza a caminar hasta las escaleras.

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