De vuelta en el segundo piso del Pabellón Alfa, estornuda al oler el perfume. -¿Tengo que esperar a toda esta gente? Parece muy popular. No debe ser un club cualquiera.- Piensa mientras observa a los estudiantes haciendo fila. Se tapa la nariz para evitar estornudar. –Aquí se puede oler el “perfume” más que en ningún otro sitio.- Piensa caminando un poco hasta el club.
-Disculpa.-
Lavith se da media vuelta para ver quien le ha llamado.
-Hola.- Saluda ella con una voz suave.
-Ah, tú eres la de esta mañana.- Se queda mirándola: su piel es más blanca que de los demás estudiantes. Su pelo de color rojo y ondulado llega hasta sus pechos. Es totalmente diferente a todos los demás…
-Sí. Hola. Me llamo Lucía Vega.-
-¿Qué tal estás? Yo me llamo…-
-Lavith, ¿no?-
Los dos se quedan en silencio pero lo interrumpe Lucía. –Muchas gracias por lo de esta mañana.-
Un pequeño flashback le viene al muchacho al recordar como la “salvo” de Roberto. Pero apenas la miró, estaba pendiente en no morir. –Si no he hecho nada.- Dice con una sonrisa.
-Sí que lo has hecho, y te lo agradezco.-
-¿En serio?- Un poco sorprendido pregunta y con la mirada apartándola de ella piensa. –Deberías agradecérselo a la señorita Leticia…-
-Por cierto, ¿por qué viniste aquí esta mañana?- Pregunta ella con las mejillas rojas.
-¿Estás en el club de la ceremonia del té?-
-Sí.-
-Ah… Quizá debería preguntarle a ella.- Piensa Lavith.
-Por favor, pasa.- Dice ella amablemente y abriendo la puerta del club.
-¿Eh?-
-Si quieres preguntar algo. Por favor, pasa.-
Mirando a los demás haciendo fila. -¿No tengo que hacer cola?-
Con los ojos cerrados, niega con la cabeza. –No. Por aquí.-
-Gracias.-
-Sígueme.-
Se sientan los dos cerca de la mesilla.
…
-Ya te he explicado todo sobre el club. ¿Lo has comprendido?-
-Sí.-
Se puede oler ese “aroma” por todo el club de la ceremonia del té. Los del club remodelaron una de las clases especiales y la convirtieron en una habitación muy grande de corte japonés. Y está llena de gente, excepto el área donde están los dos.
-Posiblemente no sea una persona cualquiera.- Piensa al ver que están “solos”.
-Esto…-
-No sabía que también hubiese una ceremonia de incienso.- Dice Lavith al ver en la mesa varias cajas con palos de incienso.
-Sí, la hay.-
-¿Y… profundizáis en ella?-
-No. Solo hacemos una introducción.-
-Parece muy popular.- Dice mirando un poco a los demás.
-Lo que es popular es el olor en si. A nadie le preocupa los procedimientos ni los modales que conlleva.-
-Ya veo.-
-¿Alguna otra pregunta?- Pregunta Lucía.
-Parece que eres la que más sabe sobre el tema.-
-No sé…-
-Mmm. ¿Quién trajo el “aroma” al club de la ceremonia del té? ¿Su orientador?-
-No. Fui yo.-
-Ajá…-
-Eres nuevo, ¿no, Lavith?-
-Me transfirieron a esta escuela hoy mismo.-
-Entonces no me extraña.- Dice Lucía con un tono muy suave.
-¿Sí?-
… Se produce un ligero silencio, pero pregunta Lavith. -¿Cómo sabías que quería hacerte unas preguntas?-
-Por mi sexto sentido.-
-¿Sexto sentido?-
-Sí. Te vi en el pasillo, y noté algo diferente en ti en comparación con los demás.-
Sorprendido el chaval pregunta. -¿Cómo qué?-
-No parecía que necesitases todavía el “aroma”.-
-¿Todavía?-
-Sí.- Dice ella afirmando con la cabeza.
-¿Qué quieres decir con eso?-
-Nada en particular…-
…
-Verás, he oído que este “aroma” tiene efectos relajantes. Pero en tu caso, posiblemente tendría la habilidad de suprimir tus propias emociones. No lo necesitas.-
-¿Quieres decir que estoy tranquilo?-
… Lucía no dice nada, tan solo sigue sentada pero con los ojos cerrados.
-¿Me equivoco?- Pregunta Lavith.
-No. Tal y como has dicho…-
-¿Vienen las mismas personas regularmente?-
-Sí.-
-Lo que significa que es adictivo.- Piensa mirando otra vez a los demás. -¿Puedo ver el incienso?- Pregunta.
-Claro.-
Lucía va a buscar el incienso. Los ojos de Lavith la mira en todo momento y piensa. –Tiene una gracia exquisita en cada movimiento que hace y en cada bocanada de aire que respira. Su voz y sus movimientos son suaves. Debe ser un don natural.-
La ceremonia del incienso es como un juego en el que la gente mezcla diferentes tipos de incienso, compitiendo en hacer la combinación que huela mejor.
-No sé mucho sobre el tema, pero hay un montón de procedimientos a seguir. Y el incienso es la parte más importante de todo eso. ¿Cuál es el ingrediente?-
-Siento haberte hecho esperar. Este es el incienso.- Le da un pequeño palo en un frasco pequeño de cristal.
-Es más pequeño de lo que pensaba. Es un simple trozo de madera.- Tras mirarlo piensa. –Pero con un olor muy fuerte.- Lo huele un poco y estornuda. –Dios, ¡demasiado fuerte! ¿Por qué es tan popular? Debe ser una…-
-¿Crees que el incienso es como una droga?-
-¿Qué?- Pregunta Lavith.
…
-Bueno…- Vuelve a mirar el incienso pensando. –La verdad es que sí que parece una droga. Y es bastante popular. Incluso adictivo. Pero no me importa…-
De repente le viene a la mente lo que dijo Roberto a Lucía esta mañana. –“Deberías tener cuidado, si no quieres que te expulsen. Haz lo que te diga y demostraré que eres inocente. Haz lo que te diga y no te haré daño.”-
-Para ser sinceros, era lo que había pensado.-
-¿En serio?- Pregunta Lucía.
-Ya sé que no era tu intención. Eres lo suficiente lista para no hacer algo así.-
Lucía cierra los ojos y al verla se da un golpe en la cabeza con su mano.
-¿Qué?- Pregunta ella al notar como Lavith se golpea en la cabeza.
-Quiero decir, que sé que no era tu intención repartir drogas por la escuela.-
… Sigue sin decir nada ella.
-Por cierto, ¿has preguntado alguien más por el incienso?- Pregunta él.
-Sí, un par de personas más.-
-¿Solo?-
-Sí, solo dos han venido directamente a mí: el decano y el presidente del Consejo Estudiantil. Pero vinieron por separado. Les preocupaba que fuera adictivo, así que les di una muestra.-
-De este incienso, ¿eh?-
-No he vuelto a saber nada desde entonces.-
-Ya veo…- Dice Lavith mirándola y piensa. –Supongo que mi tío ya lo habría examinado. Y probablemente también conozca su composición. Pero, ¿por qué no me lo dijo?-
…
-Siento haberte robado tu tiempo. Ahora tengo que irme.-
-Ha sido un placer.- Dice ella con una sonrisa.
Abandonan el club y vuelven al pasillo. Más estudiantes hacen fila para el club.
-Si tienes alguna pregunta más, por favor, no dudes en volver.-
-¿En serio? No me gustaría molestarte.-
-No te preocupes, es un placer para mí.-
-¿No estás enfadada porque haya pensado que estabas usando drogas?-
Niega ella con la cabeza. –No te puedo culpar por pensar así. Es inevitable que la gente sospeche.-
-Así que, ¿no vas a hacer nada al respecto?-
-Lucía no dice nada, tan solo cierra los ojos. –Yo lo haría si fuese tú.- Dice Lavith.
Sigue sin decir nada ella. -¿Qué ocurre?- Pregunta él.
-Nada. Tengo que irme…-
Ella se va y entra en el club. –El “aroma”…- Piensa mientras la ve irse. Al cerrar la puerta recuerda parte de conversación entre los dos. –“Sí. Te vi en el pasillo, y noté algo diferente en ti en comparación con los demás.”-
-“¿Cómo qué?”-
-“No parecía que necesites todavía el aroma.”-
…
-Una persona que necesita el “aroma”… No pillo una mierda. Mmmm, debería cambiar el enfoque. “Una persona que lleva el perfume” y “una persona que no”. Supongo que, a no ser que lo use, no seré capaz de sentir sus efectos… Ya pensaré en algo mientras camino.- Piensa al terminar de recordar la conversación.
Comienza a caminar hasta las escaleras.
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