Capítulo 57



           

            -“Y así es como el “aroma” se ha difundido por la escuela, pero… No es dañino, en efecto… Parece que contribuye a la disolución del estrés entre los estudiantes. Para obtener más detalles, haría falta una investigación más detallada… Hay otro problema que posiblemente esté relacionado con lo anteriormente mencionado. El sistema estudiantil, la transferencia y expulsión de los estudiantes están afectando negativamente a los mismos…”- Escribe el muchacho.

            Cierra los ojos descansando un poco. –Y ya no sé qué más escribir después de esto… Posiblemente sea suficiente. Todo lo demás son especulaciones mías.- Piensa el joven.

            De repente el muchacho siente un pequeño placer y se escuchan unos gemidos de otra persona.

            -¡Uhh! ¡Ahh!- Se escucha muy bajo.

            Ignorando todo, Lavith sigue mirando el informe y pensando. –Además, si continúo, acabaré por hablar sobre el caso de los desaparecidos.-

            Un sonido húmedo y placentero “despierta” al muchacho. -¡Oh! ¡¿Pero qué…?!- Sorprendido, agacha la cabeza para mirar debajo de la mesa y ve a Sara haciendo una felación.

            -¿Qué tal, Lavith?- Dice Sara sacándose el miembro y mirando de forma lasciva.

            -¡Es…! ¡Ahh!- Gime un poco él.

            -¿Te gusta?-

            Vuelve a introducirse el miembro en la boca para chuparlo mientras lo agarra firmemente con las dos manos.

            -Qué estás… Oh, ¡joder!- Gime más alto esta vez. Se agarra a los bordes de la mesa diciendo. –Espera un momento. ¡Para!-

            Se lo saca de la boca y lamiéndolo dice. –Estabas durmiendo en clase.-

            -¿Ah, sí?- Mira alrededor y está en un aula.

            -He venido para darte las gracias.- Dice Sara.

            Extrañado pregunta. -¿Las gracias? ¡Ah!-

            Sara le come todo el miembro.

            Agarrándose con fuerza a la mesa piensa Lavith. -¡Oh, joder!-

            Sara se la chupa cada vez con más fuerza.

            Mordiéndose el labio de placer dice el muchacho. -¡Espera, Sara! ¡Me corro!-

            Sin hacer caso a Lavith. Sara sigue chupando.

             -Apártate. Me voy a correr…-

            Se la saca un poco de la boca para decir mientras masajea los testículos. -¡Córrete en mi boca!-

            Vuelve a chupar con fuerza hasta que eyacula. Sara se traga hasta la última gota.

            Lamiendo el miembro dice. -¡Te has corrido bastante!-

            El muchacho de tanto placer, comienza a jadear.

            -No sueltes tanto, que me vas a manchar el uniforme, ¿vale?- Dice Sara mientras se la mueve con la mano para que vuelva a eyacular.

            -¿Qué?-

            -Si no…- Ríe de forma lasciva y pícara.

            Asustado pregunta él. -¿Quién eres?-

            -Te la morderé.-

            -¡No!-

            Sara abre la boca preparándose para cerrarla con fuerzas. Cierra la boca con rapidez.

           

           

            -¡Ahhh!- Se escucha un grito en el aire.

            Lavith despierta de repente en la sala de lectura y comienza a jadear.

            Miriam se acerca al muchacho que está asustado y pregunta. -¿Has tenido una pesadilla?-

            Se toca su entrepierna con disimulo el muchacho diciendo. –Dios ha sido un sueño… Estoy en la sala de lectura y no en clase. En el escritorio está mi informe terminado… Menos mal.-

            -Gracias por lo de ayer.- Dice Miriam.

            -¿Qué? Oh, Miriam.-

            Algo triste y molesta pregunta ella. -¿No sabías que estaba aquí?-

            -No, es solo que nunca te había visto preocupada.-

            Sonrojada y apartando la mirada dice ella. –Hasta ayer me encontraba un poco mal…-

            -¿Sigues con fiebre?- Pregunta él.

            Esbozando una sonrisa contesta. –Ya estoy bien.-

            -En fin, ¿qué estás haciendo aquí?-

            -Quería disculparme con Sara. Pensaba que estaría aquí. Pero creo que eres la única persona en toda la biblioteca.-

            -¿En serio?- Pregunta algo asombrado.

            -Todas las luces están apagadas menos las de aquí.- Dice Miriam.

            -Vaya, se está haciendo tarde.-

            Con una sonrisa ella dice. –Vas a faltar a clases. ¡Dormilón!-

            -¡Mierda!-

            -Tienes que darte prisa.-

            Se levanta y recogiendo todo dice. –Me voy pitando.-
           
            Cuando pasa al lado de ella corriendo, Miriam le detiene diciendo. –Por cierto, María te estaba buscando.-

            -¿María? Vale.-

            -Voy a dar otra vuelta por aquí.-

            Miriam se va de la sala de lectura.

            -Parece más femenina… O quizá no… Tengo que ir rápido al despacho del decano.- Piensa Lavith.

            Al llegar a recepción, las luces están apagadas. Parece ser que Miriam no las ha encendido. Es de día, pero la recepción con o sin luces es muy oscura.

            -Mmm… Si alguien me dijese que es de noche, le creería.-

            Da un suspiro el muchacho y enciende las luces.

            -La bibliotecaria no está, pero no pasa nada porque no hay ningún estudiante… Debo entregar mi informe.-

            Sale de la biblioteca.

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