Capítulo 38


            … -Qué raro, estoy en clase. Ya ha terminado la segunda hora; después viene la tercera y luego la cuarta. Pero no hay ni rastro de una teórica evacuación. La señorita Sonia me dijo que había llamado a la policía. ¿No debería haber llegado ya?- Piensa mientras mira por la ventana. Bosteza y con los ojos entrecerrados vuelve a pensar. –María tampoco ha vuelto… Odio esta sensación de no saber qué va a suceder. No puedo hacer nada más que esperar. Nada más que esperar…-

            Cierra los ojos y al abrirlos ve a Laura delante desnuda y con los ojos vendados.

            “Ah…” Gime Laura sintiendo la lengua del muchacho lamiendo el clítoris.

            “Te gusta, ¿eh?”

            “Sí. Quiero decir… no”.

            “Esa venda en los ojos te queda muy bien”. Le separa los labios de la entrepierna y comienza a lamerlos y meter la lengua.

            “Ahí no… Oh, sí…”.

            “Estás tan mojada…”.

            “No mires… Por favor” Dice Laura entre gemidos.

            “Eres tan hermosa, Laura… Y tan guarra”.

            “No lamas tan rápido… Voy a volverme loca”. La lengua de Lavith se mueve cada vez más rápido.

            “¿De verdad? Pero puedo oír cómo te retuerces cuando lo hago…”

            “Ah… sí… Oh, Dios…”

            “Separa más las piernas”.

            “No… Me da vergüenza”.

            “Te lameré más si lo haces”. Laura separa más las piernas. “Buena chica”.

            Vuelve a lamer el clítoris mientras introduce dos dedos y los mueve con rapidez.

            “Pero… Ah, me voy a correr…”  Gime Laura.

            “Eres tan guapa… No… hagas ruido…”

            “Me da mucha vergüenza”.

            “¿Quieres qué me detenga?” Sigue lamiendo aún más. “¿Paro?”

            “Eres malo…” Dice ella mientras gime.

            Lavith se detiene y Laura se pone a cuatro patas. La mirada tímida se cruza con la mirada pícara de él.

            “Oh… No me mires así”. Dice ella

            “¿Entonces, por qué estás tan mojada?”

            “Dios…¡Sí!”

            El miembro del muchacho se introduce en ella. “Ya estoy en tu interior… Estás tan caliente”

            “Ay…” Laura respira con pesadez.

            “¿Te ha dolido? Lo siento”.

            “No te preocupes… Me gusta tanto… No pares”.

            “Estás tan excitada…” La cintura se mueve más rápido y las manos agarran los pechos de ella.

            “Sí… Más rápido, más rápido”. Gime más alto.

            “¿Te gusta?”

            “Métemela… Métemela… ¡Me corro!”

            “Yo también me corro…” Dice él agarrando con fuerza los pechos.

            “Oh, sí. ¡Más fuerte! Más adentro… ¡Métemela más adentro!”

            “¡Me corro, Laura! Estoy listo para correrme sobre ti”.

            “Sí… ¡Derrama toda tu leche sobre mí!”

            “¡Allá voy!”

            “¡¡Sí!!”

            Se corre en ella y Laura lanza un gemido mientras alcanza el clímax.

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