Mediodía.
… Las clases han terminado. La profesora estaba enferma, así que acabaron antes que el resto. No han dicho nada sobre el incidente. Solo que se había cancelado la clase de Educación Física… Quizá los disparos no eran tales, o quizá está ocurriendo algo más…
-Y yo que pensaba que iba a ocurrir algo emocionante. Un sueño… creo que era Laura. Me cuesta recordarlo, pero parecía tan real.- Piensa mientras recoge las cosas y sale al pasillo.
Al salir respira hondo. –Debería concentrarme en lo que tengo por delante.-
Baja las escaleras hasta el primer piso y ve los estudiantes. –No veo a Sara ni a Yuta entre los novatos… Yuta está en mi misma clase, así que no es un novato, aunque lo parezca.-
Llega a la planta baja del edificio principal. Los estudiantes vestidos de blanco van de un lado a otro. –Es un paronama… interesante.- Piensa.
Pasa por la cafetería, aunque no es la hora de comer, se puede oír a alguien trabajando en la cocina. Hay estudiantes uniformados distribuidos por todas las mesas en la habitación. -¿Por qué no comprar un bocadillo?-
Compra el bocadillo y se sienta a comerlo tranquilamente. Al terminar entra en el pabellón alfa. Para variar, no hay nadie en el pasillo. Nunca hay nadie por aquí.- Creo recordar que aquí también está la sala de reuniones, las oficinas de los profesores y otras habitaciones usadas para fines que desconozco.-
Se acerca al despacho y antes de agarrar el pomo piensa. –Debería preguntarle sobre el incidente de esta mañana.-
Toc, Toc.
-¿Sí?- Se escucha de dentro.
-La señorita Sonia está aquí.- Piensa. Agarra el pomo diciendo. -¿Puedo pasar?-
-Antes de abrir la puerta se escucha. -¡Espera!-
Abre la puerta preguntando. -¿Qué…?-
Laura se despide abandonado el despacho. –Adiós.-
-Es laura. Me pregunto qué estaba haciendo.- Piensa él.
-¡Oh, Lavith!-
-¿Puedo pasar?-
-Sí. ¿Qué quieres?-
-¿Que qué quiero? Es una mujer terrible… Y posiblemente sea una completa idiota.- Piensa mirándola.
-¿Lavith?- Pregunta ella.
-¿Ya te habías olvidado? Lo del disparo de esta mañana.-
-Por supuesto, lo recuerdo.-
Lavith la mira sin decir nada, esperando que dijera algo.
-Ah, sí. Sobre ese tema… No tienes de qué preocuparte. Ya está solucionado.-
-Permíteme explicártelo.- Dice una voz detrás del muchacho.
El hombre se sienta en la silla detrás de la mesa. Viste con una chaqueta, camisa y corbata. Su pelo corto y moreno, el rostro serio y de bastante edad inspira respecto.
-Recuerdo que me dijeron que mi tío vendría hoy.- Piensa Lavith.
-Respecto al incidente de esta mañana… Solo sé lo que me ha dicho la policía. Se han ocupado de todo. La policía acaba de irse, pero no quería que cundiese el pánico, así que les he pedido que no dijesen nada. En estos momentos, la escuela es segura. ¿Estás satisfecho con mi explicación?-
-Sí.- Afirma. Y tras un ligero silencio piensa. –Por cierto, ¿qué parentesco tenemos?-
Se cruza de brazos el decano diciendo. –Te presento a la señorita Sánchez. Este es Lavith, un familiar lejano.-
Sonia mira al muchacho de forma pícara. –No sabía que fuerais familia.-
-Su tutor me pidió que lo metiera en esta escuela.-
-No lo sabía.- Dice Lavith.
-Y por supuesto acepté, porque tienes talento y habilidad. Por cierto, aquí todos me conocen por mi nombre, Rafael Ruiz.-
El muchacho sorprendido piensa. –Está actuando con demasiada naturalidad. Me pregunto si estará diciendo la verdad.-
El decano abre una pequeña caja y saca un puro.
-¿Qué tal estás?- Pregunta Lavith.
-Tengo que discutir unos asuntos importantes con la señorita Sánchez. Lo siento, ¿podemos hablar luego?-
-No hay problema.- Se dirige a la puerta pensando. –Ya le pediré más detalles después… Oh, la señorita Sonia hacía gestos raros con la mano. Mi tío no se ha dado cuenta. Parece que se ha creído toda esa locura que le ha contado. Mi tío no quiere que nadie sepa el motivo real por el que estoy aquí.-
Vuelve a estar en el pasillo. -¿Cuándo ha venido la policía? No he oído sirenas, y si hubiera pasado cualquier cosa, habrían corrido rumores… En fin, si mi tío dice que está todo bien, me basta. Probablemente…-