Pensando en que hacer se dirige a la planta baja. Comparado con esta mañana, hay muchos estudiantes. Pese a que en esta escuela no hay mucha gente, la aglomeración que aparece tras las clases es sobrecogedora. Especialmente en el edificio principal, donde la acústica produce eco en las voces.
-Achiis.- Limpiándose con un pañuelo piensa. –Ese perfume otra vez, deben venderlo en algún lugar del campus.-
Hay un mapa grande en la pared de un pilar. –Ah, sí, tendría que dibujar uno para orientarme mejor.-
Alguien toca a Lavith. -¿Qué coño?- Se gira para ver a la otra persona. –Ah, Laura.-
-Al fin me has visto.-
-Lo siento. Estaba pensando en otras cosas.- Dice Lavith un poco distraído.
-Desde luego.-
-Se produce un pequeño silencio, pero es cortado por Lavith preguntando. -¿Puedo hacer algo por ti?-
-¿No puedo hablar contigo sin querer que hagas algo por mí?- Responde Laura un poco molesta.
-Sí, pero…-
-Menos mal.-
-Me pregunto qué quiere decir con eso. Pero me ha excitado un poco.- Piensa Lavith tras escucharla.
Laura sigue mirándolo sin decir nada.
-¿Tengo monos en la cara?- Pregunta el chaval.
Niega con la cabeza diciendo. –No, simplemente te miraba.-
Los dos se quedan mirándose, pero ella dirige su mirada a la cara preguntando. -¿Por qué llevas gafas?-
Sorprendido Lavith contesta. –No me gusta decir esto, pero nos acabamos de conocer hoy, ¿no?-
El rostro de Laura se vuelve triste apartando la mirada.
-Ahh…- Piensa el chaval. –Eh, ¿pero qué le pasa?-
Una voz familiar dice. –Ah, estás aquí.- Se acerca Tommy a Laura.
-Hola.- Saluda Lavith con muy pocas ganas tras interrumpirlos.
-¡Hola! Te estaba buscando, Laura.-
Los ojos de ella, no miraban en ningún momento a Tommy, parecía molesta con su presencia.
-¿Sigues enfadada?- Pregunta Tommy.
Sin un cambio en el rostro de Laura, Lavith la mira preguntando. -¿Os conocéis?-
-Los dos permanecemos al Consejo Estudiantil, ¿ya os habíais presentado antes?- Contesta Tommy.
-Sí aunque no nos conocemos mucho…-
-¿Laura? Mmm… parece que sigue enfadada.-
-¿Por qué?- Pregunta Lavith.
Aparta la mirada Tommy de Laura y la dirige a Lavith para explicarle. –Ayer tuvimos una pequeña discusión. Y ahora me ignora.-
Laura se aleja sin despedirse de nadie y sin mirar a nadie. Los ojos de Lavith la sigue hasta desparecer preguntando. –Una discusión.-
-Los típicos problemas que aparecen cuando quedas con alguien.-
… -Entonces, supongo que serán novios.- Piensa Lavith.
-No hay nada que hacer. Me tocará complacer a la reina.- Con una ligera sonrisa y superioridad dice Tommy y se aleja también yendo por el mismo camino que Laura.
…
-Achiis… Dios, esa colonia fortísima… Tommy debe haberle hablado de mí. Me he quedado bastante pillado cuando me ha preguntado por qué llevaba gafas.-
…
Tras un pequeño rato pensando en el por qué, piensa. –Ah, sí, tengo que buscar el mapa.- Se dirige al pilar donde está el mapa. –Lo encontré en la pared del lado sur en la planta baja, lo copiaré.-
Comienza a dibujar el mapa de la escuela en su cuaderno. Posiblemente sea para visitantes. Tras un buen rato, termina de copiar el mapa. –Así basta, no es exactamente igual, pero no me importan demasiado los detalles. Veamos, ¿a dónde puedo ir?-
Mirando el mapa se dirige al Pabellón Alfa. –Aquí estoy, en la planta baja del Pabellón Alfa, las clases han terminado. Hay algunos estudiantes pasando frente a la sala de profesores. Afortunadamente ya no me encuentro mal, como esta mañana.- Piensa y recuerda el “ataque” de esta mañana. –Pero los síntomas me recordaban a un ataque. De todas formas, no es tan grave. Aunque cuando estaba en cama era mucho más doloroso que lo de esta mañana. No hubiera podido aguantar el dolor si no hubiera sido por las drogas que tomaba… El ataque de hoy no ha sido tan horrible, no había tenido uno desde hacía un par de años. Además, hay un hospital en las instalaciones, así que no tengo de qué preocuparme… No debería quedarme parado en el pasillo.-
Tras terminar de pensar, vuelve a caminar hacia las escaleras. Al subir a la primera planta nota que no hay nadie y que el aire parece más cargado que en el resto de pisos. Sigue subiendo hasta el segundo piso, donde se reúnen los clubs no atléticos.
-Achiis. Mira cuanta gente hay, el olor es muy fuerte.- Lavith comienza a mirar a todos y piensa. –Hay más personas en el pasillo de la que pensaba, y todas llevan el mismo perfume.-
Al caminar un poco más comienza a ver a estudiantes haciendo una fila. –Todos están haciendo fila delante del mismo club.-
Una voz extraña le dice. –Eh, tú.-
El chaval se gira a la voz y ve a una estudiante; su pelo corto para ser chica y de color negro con bastantes mechas azules.
-Sí, tú.-
-Ah, yo.-
-¿Puedes ponerte en la cola? Estás tapando la entrada.-
El joven da unos pasos atrás mirando a los demás estudiantes que están mirándoles un poco mal. –Ah, lo siento.-
-No te pongas en medio, ¿vale?- Dice la chica.
-Eh, no estoy en medio. Además, ni siquiera estoy haciendo cola.-
-Entonces, ¿por qué estás aquí?- Pregunta la muchacha acercándose.
-Tan solo quería saber de qué iba este club.-
-Ah, así que es eso…-
-¿Esta zorra no me cree?- Piensa al escuchar el tono de la muchacha.
-Si lo quieres saber, ponte en la cola.-
La chica se mete en la sala, posiblemente sea una miembro del club. –Podría habérmelo dicho, al menos.-
Se acerca Lavith al estudiante que hay delante de la puerta, pero con la cara que puso al ponerse en medio, decidió callarse y no preguntarle.
-Parecen estar todos desesperados por entrar… ¿Qué tipo de club será? ¿Qué lo hará tan deseado?- Piensa observando a la gente entrar al club.
Se aleja de los estudiantes y vuelve a dirigirse a las escaleras y sube para la azotea, pero antes abrir la puerta, escucha una conversación entre dos estudiantes hombres.
-¿De qué estás hablando?-
-¡Au! Eso duele. ¡Déjame ir!-
-Te estoy preguntando qué quiere decir con eso.-
-Quería decir lo que he dicho. Déjame ir.-
Lavith coloca la mano en el pomo pensando. –Parece una discusión, abriré la puerta un poco para ver.- Abriendo un poco pero sin asomarse vuelve a pensar. –Son dos estudiantes peleándose… los conozco a ambos.- Se asoma un poco y ve al estudiante que se encontró afuera de la biblioteca y vomitando.
-Sé que intentas fingir que estás calmado, pero puedo ver cómo te tiemblan las manos.-
Abre la puerta un poco más y ve a la otra persona, es Tommy.
-Maldita sea, eres un cerdo.- Dice Tommy levantándose del suelo.
-¿Qué me has dicho?- Se acerca el otro estudiante a Tommy para golpearle y le agarra del cuello. –Me lo estabas diciendo a mí, ¿verdad? ¡Aquí no hay nadie más que yo! ¿Con quién coño crees que estás hablando?-
Tommy se suelta y bastante cabreado le contesta. -¡Escúchame bien! ¡Como le pongas un dedo encima te las tendrás que ver conmigo!
Se produce un silencio largo. -¿Por qué no contestas?- Pregunta Tommy.
El estudiante se calma un poco y le dice apartándose. –Dios, estás colgado por ella.-
-¿Qué?-
-Sé que lo estás, pero ¿qué pasa conmigo?-
-Segura, ¿la estás insultando?- Pregunta Tommy acercándose a él un poco.
-¿Eso te ha parecido? Eres muy agudo.-
-Vamos. ¿Quieres hacerlo?- Dice Tommy acercándose cada vez más.
-No. Tus trucos no funcionarán conmigo.-
La mirada de Tommy se dirige a donde Lavith. –Por cierto, es de muy mala educación espiar.-
Los ojos de Lavith se abren como platos, traga un poco de saliva y nervioso piensa. -¡¿Sabe que estoy aquí?!-
Se produce un pequeño ruido en unos arbustos cerca de él. Vuelve a tragar saliva y calmándose piensa. –Por un momento me he acojonado, pero veo que Tommy no me está mirando a mí.-
-Ups. Me has pillado. –Dice una voz de detrás del arbusto donde mira Tommy.
-¿Yuta?- Dice muy bajo Lavith.
-Lo siento. No quería espiaros, chicos.- Dice Yuta saliendo del arbusto.
-¿Cuánto tiempo llevas ahí?- Pregunta Segura.
-Un buen rato, pero estaba echando una siesta. Acabo de levantarme.-
-¿Aquí fuera, con el tiempo que hace?-
-Mmm está en un apuro.- Piensa Lavith sin apartar la mirada de ellos.
-No importa… Señor presidente del Consejo Estudiantil, he terminado contigo.- Dice Segura terminando la “pelea”.
-Ten cuidado, Segura.-
Molesto le dice. -¿Me estás amenazando, gilipollas? No va a funcionar. Eres un imbécil.-
Sin decirle nada más, Segura se va para la puerta. Con sigilo se pone en una esquina para evitar que le vean. Abre la puerta del todo y la cierra al pasar y abandona Segura la azotea. Tras bajar por las escaleras, Lavith vuelve a abrir un poco la puerta para seguir viendo.
-Segura…- Piensa Lavith recordando el momento cuando lo conoció en la biblioteca.
-Eres Onoda, ¿no?- Pregunta Tommy mirándole.
-¿He visto algo que no debería?-
-No, no pasa nada. Nada que tenga que ver contigo. Olvídalo.- El tono de Tommy se vuelve tranquilo.
-Vale.-
-Es un problema entre él y yo, así que…-
-No te preocupes. Tampoco es que me haya enterado de mucho.- Dice Yuta con una sonrisa.
-¿Sí? Mejor. Siento haberte molestado.-
Tommy abandona la azotea y Lavith vuelve a quedarse en el escondite. Tras bajar las escaleras, mira a Yuta y piensa. –Yuta es el único que queda, creo…-
-No está bien espiar, Lavith.-
Tras descubrirle, sale de su escondite y entra a la azotea. Se dirige a su compañero de clase diciendo. –Vaya, ¿sabías que estaba aquí?-
-Pues claro. Pero uff, lo he pasado mal. No sabía lo que iban a hacer.-
-¿Quién era el otro tipo que estaba con el presidente del Consejo Estudiantil?- Pregunta Lavith.
-David Segura. Está en la segunda posición de la lista de los tipos con los que no debes involucrarte en esta escuela.-
-Ajá.-
-Puede que sea un hijo de puta, pero también es un tipo muy influyente.- El tono de Yuta se vuelve bajo.
-Así que… ¿el número uno de la lista es el presidente del Consejo Estudiantil?-
Niega con la cabeza Yuta. –No, pero Tommy también es algo complicado de calificar.-
-¿Qué quieres decir con eso?- Piensa Lavith intentando saber quién es el número uno. –En fin… Por cierto, ¿de verdad estabas echando una siesta aquí?-
Asiente con la cabeza y responde. –Sí. Estaba buscando a la gata, me ha entrado sueño y…- Mira su reloj. –Ups, se está haciendo tarde.-
…
-En fin, Lavith. Tengo otras que hacer, así que ya nos veremos más tarde.-
-Hasta luego.-
-Adió.- Dice Yuta dejándolo sólo.
Se queda mirando el cielo y las nubes siguen gris pero empieza a refrescar. –Supongo que me iré.-