Vuelve a la planta baja del edificio principal. -¿Es que no hay nadie que haga novillos?- Piensa al ver todo vacío. Al no encontrar nadie camina hacia el gimnasio.
… -¿Dónde se ha metido Yuta?- Oh, hay otra persona.- La puerta estaba abierta y encuentra a alguien sentada en las escaleras. –No se ha dado cuenta de que estoy aquí.- Piensa mientras se acerca despacio. Cuando ya está lo suficiente cerca piensa. –Ah, qué está durmiendo.-
Coloca la mano en el hombro agitándolo con suavidad. -¡Leticia! Vas a resfriarte si…-
-¡Miau!-
Lavith se cae por las escaleras al escuchar a la inesperada gata. -¡Au!-
-Mmm…- La enfermera produce un gemido al escucharle caer.
-Mierda.- Se gira donde Leticia y de sus piernas aparece la gata negra. El cascabel de la gata tintinea y se baja del regazo de la señorita Leticia, saliendo fuera.
-Eso no ha molado.- Dice mirando la puerta de salida mientras se incorpora.
-Ah, eres tú.-
-Se gira a la enfermera. –Me llamo Lavith, ¿vale? Si tienes tanto sueño, ¿por qué no vas a dormir a la enfermería?... Joder con la puta gata negra… me he hecho daño.- Dice esto último muy bajo.
-Supongo que se ha dado cuenta de tus pocas nobles intenciones.-
-¿De qué estás hablando? Solo quería despertarte para que no cogieras frío.-
Leticia sonríe un poco. –Así que es por eso… Lo siento.-
-No pasa nada. Total, creo que ya me odia. A todo esto, ¿qué estás haciendo aquí?-
-¿Puedo preguntarte yo primera qué estás haciendo TÚ por aquí, Lavith?-
…
-¿Qué?- Pregunta Leticia.
-Bueno… que me has llamado por mi nombre de pila.-
-Ah, ¿preferirías que te llamase por tu apellido?-
-La verdad es que no me importa mucho.- Responde Lavith.
-Entonces, ¿qué más da? Tu nombre es más fácil de recordar.-
-Supongo.-
-Así que, ¿no sabes dónde está tu clase?-
-Ajá.- Asiente con la cabeza Lavith.
Cierra los ojos Leticia pensando cual es la clase. –Yo tampoco lo sé.-
-No es que te fuera a preguntar, señorita Leticia.-
… Se produce un incomodo silencio.
-¿Sí?-
-¿Señorita “Leticia”?-
-Sí.-
-Está bien. Puedes llamarme así, si quieres.-
-¿No te gusta?- Pregunta Lavith.
-No mucho…-
-No es que me quiera vengar ni nada por el estilo. Simplemente quería llamarte así.-
-Ah, ya veo.- Dice Leticia mientras aparta la mirada.
-¿Estás enfadada?-
-Cállate.-
-Vale.-
Un poco mosqueada Leticia pregunta. -¿Llamas al resto de profesores por su nombre?-
-No. Depende de la persona. Por cierto, ¿cómo se llama el tipo aquel?-
-¿Te refieres a Roberto?-
-Sí. ¿Cuál es su apellido?-
-No lo sé.-
-¿No lo sabes?- Pregunta Lavith un poco asombrado.
-No me importa. No me interesa la verdad.-
-Je…- Sonríe un poco Lavith.
-¿Por qué lo quieres saber?-
-Porque…-
…
Se provoca otro ligero silencio incomodo pero es interrumpido por una pregunta de Lavith. -¿De qué estábamos hablando?-
-Sobre tu vagar por no saber dónde está tu clase…- Responde Leticia.
-Ah, sí. Pero eso no es todo. Me dijeron que me pasase por el despacho del decano, pero no había nadie. Así que estaba dando una vuelta.-
Con una mirada pícara y tono dice Leticia. -¿Una vuelta? Así que has venido a espiar a las chicas al gimnasio, ¿eh?-
-¡No!- Responde un poco colorado. -¿Y qué haces tú aquí? Era lo que te había preguntado en primer lugar.-
-Estoy por razones similares.-
-¿Espiar?- Pregunta Lavith burlándose un poco.
-Sí.-
…
Lavith no se esperaba esa respuesta de la señorita Leticia.
-Has empezado tú.- Dice Leticia.
-Sí, sí.-
-Ya he respondido a tu pregunta, así que venga, vete.-
Mosqueado dice Lavith. –No me trates como a un insecto. Además, no pienso dejarte dormir aquí.-
-¿Por qué no? Tengo mucho sueño.-
-Vuelve a la enfermería. Podría haber pacientes esperándote.-
… No dice nada Leticia.
-¿Qué?-
-¿Tantas ganas tienes de espiar?- Pregunta la enfermera con una sonrisa.
-¡NO!- Responde Lavith un poco cansado del tema.
-No te pongas así. Era una broma.-
-Está empezando a refrescar ahí fuera.-
-Tienes razón. Volveré a la enfermería.-
… Leticia se echa a dormir.
-Señorita Leticia…-
Con los ojos cerrados y sentada en las escaleras dice Leticia. –Solo un poquito más. Iré enseguida.-
Lavith suspira.
Abre los ojos y mira a Lavith. –Tú también pareces tener sueño.-
…
-¿Quieres ir a ver al decano? ¿Por qué no vas al aparcamiento y compruebas si su coche sigue allí? Si está, es que aún anda por aquí. Si no, mal asunto.-
…
-¿Qué?- Pregunta Leticia.
-Gran consejo. Supongo que la sabiduría es proporcional a la edad.- Dice en tono sarcástico.
-Y la estupidez, inversamente proporcional.- Dice devolviéndosela. –Lo único que tenías que hacer era pensar.-
-Sí, sí.-
-Buenas noches.-
-Buenas noches. No, quiero decir…-
Leticia ya está durmiendo.
-Está completamente sobada.- Piensa Lavith.
Se acerca a ella y se quita la chaqueta. –Le pondré mi chaqueta por encima… ya está roncando, que precoz. No me haré responsable si pillas un resfriado…-
Se aleja un poco y coloca su mano en la puerta pensando. –El aparcamiento está junto a la biblioteca.- Abre la puerta abandonando el gimnasio.
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