…
Toc Toc.
-Esto…- Toc Toc.
No se escucha ningún ruido tras la puerta. –No hay nadie, quizá esté con el presidente del Consejo Estudiantil.-
Agacha la cabeza y encuentra un sobre debajo de la puerta, se arrodilla para agarrarlo. –Caramba, papel de alta calidad.- Abre el sobre con cuidado y ve una nota de papel en la que dice –Llegaré un poco tarde, espérame-
Se incorpora pensando –Buena caligrafía, no sabía que a mi tío se le diera tan bien… Me pregunto para quién será… La única persona que sabía que iba a venir era él. Así que supongo que es para mi.-
Se guarda la carta en el bolsillo y hecha una rápida mirada por el pasillo. –Esperaré… No tiene sentido quedarme aquí quieto. A nadie le importará si doy una vueltecita.-
… -Eso haré. Además, es él el que llega tarde.- Se aparta de la puerta y comienza a andar hasta unas escaleras. Subiendo las escaleras pensando en la extraña visión de esta mañana, llega hasta el primer piso.
El pasillo estaba completamente vacío, solo con unas cuantas lámparas para iluminar. –Este también está vacío. Me siento como si no estuviese en la escuela, la ausencia de ventanas hace que me sofoque. Por lo que me dijeron antes de venir que aquí están las clases especiales y arriba los clubs no atléticos.- Se queda mirando las puertas de todo el piso. –No hay placas que marquen las clases, así que no sé cuál es cuál. Será mejor dejar esto.-
Se acerca a las escaleras y llega al segundo piso. Al llegar se da cuenta que hay mas habitaciones, lámparas que en la planta baja, pero no encuentra macetas. –Comparado con los demás, este parece tener un poco más de vida. Sin embargo, está un poco descuidado.-
Cierra los ojos y estornuda. -¿De quién es ese perfume? Puedo oler la colonia de Tommy.- Comienza a caminar por el pasillo tapándose la nariz. –Quizá al ser de clubs no atléticos, es por eso que parece algo desatendido.
Sube arriba del todo y llega a la azotea. Al igual que en la planta baja del edificio principal, hay algunos bancos para sentarse. –Si hiciese un poco de solecito, me echaría una siesta.- Se acerca a la valla y se queda mirando. –Desde aquí puedo ver la autopista.- Se acerca a la parte sur de la azotea y se queda mirando en el campo que hay delante del edificio principal. –Hay gente vestida de gris limpiando el terreno, me pregunto cuántas personas trabajarán aquí… Debería irme de aquí.-
Sigue caminando hasta que llega a una puerta doble. –Esta es la cafetería.- dice mientras hecha una mirada a toda la sala. Es un edificio de una planta que está junto al pabellón Alfa. –Ahora parece cerrada, parece que la están limpiando… Están disponiendo la cafetería para empezar a servir comida, lo que me recuerda que no he desayunado…-
Una voz familiar le saluda. –Eh.-
-Ey Tommy.-
Se acerca a Lavith preguntando. -¿Qué haces aquí? ¿No sabes dónde está la oficina del decano?-
-Nah, ya he estado… Tan solo estaba haciendo tiempo.-
-¿Haciendo tiempo? ¿Entonces, ya has visto al decano?-
-Bueno, en realidad le estoy esperando.-
Tommy se queda callado pensando en la cicatriz de Lavith. –Por cierto, Tommy… ¿no deberías estar en clase?-
Sorprendido responde -¡Ah, sí!-
-¿Eh?- No sabía porque tras responderle eso, aun seguía delante.
-Tan solo creía que debía preguntártelo… Estoy buscando a alguien.
-¿Dentro de la escuela?-
-Sí.-
-¿Hay algún otro estudiante nuevo aparte de mí?-
Tommy niega con la cabeza mientras dice.- No… Es una persona que estaba aquí antes que tú.-
-Así que… alguien está haciendo novillos.-
-Supongo que se podría decir así.-
-Ajá. No, no he visto a nadie.-
-Ah, vale. Gracias.-
Lavith observa a Tommy bastante nervioso como se aleja de la cafetería, pero antes de abrir la puerta dice. -¡Ah, sí! ¡Otra cosa más! Se me olvidó comentarte…-
-¿Sí?-
-Es sobre el desayuno. Tenemos que tomárnoslo aquí.-
-¿Y eso?-
-Verás, la residencia femenina tiene su propia cafetería, pero la nuestra no. Así que nos toca comer aquí, y solamente abren hasta las ocho de la mañana.-
-Ya veo… Vale, no pasa nada. De todas formas nunca he sido de los que desayunan.-
-Como director de la residencia, te lo tendría que haber dicho antes. Lo siento mucho.-
Lavith esboza una ligera sonrisa mientras dice. –No te preocupes.-
-Vale. Gracias.-
Tommy abandona la sala, de repente Lavith estornuda. –El mismo perfume de antes… Pero ahora tengo hambre, podría pasar por la máquina expendedora y comprar un bocadillo.-
Se dirige a la máquina y saca un bocadillo, le quita el envoltorio de plástico y le da un mordisco. Mientras mastica piensa. –Mierda, está rancio. Quizá es porque aún no me he acostumbrado. No me apetece hablar con los dependientes, así que me lo meto en la boca.-
Aproximadamente un minuto después… Termina de comerse el bocadillo. –Estoy lleno, espero que el almuerzo esté mejor.-
Tras comerse el bocadillo decide salir fuera, ya no tenía nada que hacer ahí. Se dirige a la planta baja del edificio principal. Las clases ya han empezado y todo está vacío. El patio central de este edificio está completamente al aire libre… Por lo que, obviamente, no hay tejado. Se escucha claramente el ruido de los pisos superiores gracias al silencio que reina aquí. En el primer y segundo piso de este edificio solo hay clases.
Cruza al lado de varios bedeles que han terminado de limpiar el jardín Luna. Les saluda con la cabeza y ellos les responden silenciosamente con el mismo gesto. -¿Podrían ser funcionarios?- pensó al verlos. La mayoría son jóvenes y educados, pero están tan callados que no tiene sentido. No se escuchan conversaciones triviales abajo, en la salida este.
-Que extraño… Las clases han empezado, así que debería olvidarme también de subir.-
Se dirige al gimnasio que está situado al norte del edificio principal, comparado con el pabellón Alfa, este parece un edificio bastante cochambroso. –Menudo desperdicio…- Entra dentro y se queda mirando las escaleras que conducen al piso de arriba y las dos puertas. El gimnasio en si está al otro lado de la puerta, se puede oír a la gente correteando en su interior, parece que están dando clase. El viento del exterior está cargado de polvo.
-Hmm… Me estoy dando cuenta de que alguien me está observando desde las escaleras… sus fríos ojos demuestran inteligencia.-
Se da media vuelta. Una gata negra aparece al otro lado… -Bonito pelaje. ¡Vaya, me gustaría acariciarlo!- Piensa mientras se queda mirando a la gata. –Como una princesa.-
La gata ofrece una atmósfera de elegancia e ignora por completo a Lavith. –“¿Con quién crees que estás hablando?” Posiblemente me dijera eso…-
-¿Qué se supone que voy hacer? ¿Esperar pacientemente hasta que baje la guardia?... Joder, mira que es terca.- Piensa mientras intenta acercarse a la gata.
-¡Hooooolaaaaaa!-
¡Plas!
-¡Ay!- Lavith se cae… -¡Ay! ¿Pero qué coño?- Nota algo que golpea el estomago. Algo realmente pesado…
-¿Qué ocurre?-
-¡Au!-
-Ah, eres tú…-
Lavith jadea y ve a Yuta a su lado que le pregunta -¿Qué estás haciendo, Lavith?-
-… Casi me mata, y ahora está ahí, de pie, mirándome con una sonrisa. Yuta… Menudo cabronazo.- Piensa mientras le mira con cara de pocos amigos.
-Eso ha dolido Yuta.-
-No te hagas el sueco. ¿Qué estabas haciendo? ¿Espiar?-
Mosqueado Lavith grita -¡Cállate! ¡Y escúchame bien!-
-¿No estabas fisgoneando?-
-¡No! Oh, mierda. Se ha ido.-
-La gata ha salido. ¿Te duele mucho?-
Se agarra el estomago diciendo. –Sí, joder. ¡Y mucho!-
-Eres un flojucho. Deberías entrenar un poco.-
-Han sido tus estúpidos hombros que han ido directos a mi estómago, retrasado mental.-
Se produce un silencio un poco incomodo. -¿Ah sí?-
-¿Qué quieres decir con eso?- Pregunta Lavith recuperando el aliento.
-Sabías que la profesora de Educación Física que hay ahora mismo en el gimnasio ODIA que la espíen?-
-Eh, ¿has olvidado lo mucho que me duele?-
Yuta se le acerca diciendo -¿Me estás escuchando? La última vez que alguien la espió, perdió los estribos…-
-Sí, sí…-
-¿Qué vas hacer si te pillan?-
…
-No es propio de ti observar a las chicas mientras se visten.-
Lavith cierra los ojos dando un suspiro.
-Me da pena la persona a la que pillaron. Las victimas no le dieron mucha importancia el incidente, pero la profesora quería que la expulsasen de la escuela.-
-Ah.-
-Así que la echaron durante una semana.-
-Pues vaya. ¿Solo por espiar?-
-No. La persona que expulsaron fue la profesora.-
Lavith golpea a Yuta y le dice -¡Me estás mareando!-
-¿Por qué haces eso?- Se agarra el brazo donde le ha golpeado.
-¡Ahh! Me duele la cabeza.-
-¿Por qué?-
-Olvídalo. Ya me dolía desde hace algún tiempo.-
-¿Hace algún tiempo?-
Lavith da otro suspiro. Se acerca Yuta preguntándole. -¿No tienes clase?-
-Sí, pero… ¿y tú qué?-
-Estudio por mi cuenta.- Responde con una sonrisa.
-¿Tienes trabajo por hacer?-
Yuta niega con la cabeza –No, ya he terminado.-
-¿Y en qué consiste?-
-En dar de comer a la gata.-
-Oh.-
-De todas formas, soy el único que lo hace.-
Agacha la cabeza Lavith pensando. –Así que nadie más le da comida al pobre animal… Pues no lo parece, visto su buen estado de salud.-
Mira a Yuta y le pregunta. -¿Es tuya?-
Niega con la cabeza.
-¿Pertenece a alguna clase, o a los clubs?-
Vuelve a negar con la cabeza Yuta.
-Entonces, ¿por qué es tu trabajo?-
Yuta sonríe un poco.
-Creo que ya me hago una idea.-
-Alguien me pidió que lo hiciera.-
-Ya veo…-
-Además, si vengo, tengo la oportunidad de verla. Y aunque hace un tiempo que no la he visto, sé que le gusta mucho la gata.- Sonríe un poco y Lavith tose.
-¿Qué te pasa Lavith?-
-Vuelve a este lado del mundo.-
-¿Qué lado?-
-El lado en el que vivo.-
-No, gracias. No estoy interesado en esas cosas.-
-¿Qué?-
-Ah, lo siento. ¿Te estoy molestando? Querías espiar, ¿no?-
Lavith golpea en el brazo a Yuta.
-¡Ay!-
-Te lo mereces.-
Yuta con cara de pena le dice. –No es verdad.-
-¿Por qué tendría que espiar a alguien?-
-Creía que te gustaría.-
-¡Eh!-
Yuta se acerca a Lavith y le susurra. –Me encantaría espiar contigo.-
Lo aparta diciéndole. –Pensaba que tenías miedo de esa profesora histérica.-
-Lo haré, si eso te complace.-
-No seas lameculos.-
Yuta mira fijamente a Lavith. –Si no te gusta no lo haga.- Dice Lavith apartando la mirada.
-Sí, sí.-
-No quiero tenerte a mi lado porque seguro que nos acabarían pillando.-
-Así que lo harías si estuvieses solo, ¿eh?-
Mosqueado Lavith dice. –Ni de coña, tío.-
-Mentiroso.-
-¿Cómo lo sabes? Olvídalo, me tengo que ir.-
-Vale.-
Yuta sube las escaleras y Lavith sale del gimnasio diciendo –Dios que tío más pesado… aunque me pregunto qué tipo de chica le gustará.-
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