La residencia masculina se halla en una pequeña colina; delante de su entrada hay una larga escalera. Los dos se encuentran con un camino cercano al campo principal que se prolonga hasta la escuela. En estos momentos se está llenando de estudiantes que se dirigen hacia allí.
-… Todos hombres…Hmm…-
El cielo está cubierto por las grises nubes del otoño. Lavith comienza a ver a un grupo de personas con uniformes blancos.
-El mundo es gris. Mientras ando en silencio entre viento, tengo la sensación de que va a ocurrir algo. Siento como si estuviese en un extraño mundo de fantasía… de vez en cuando tengo visiones de alguien que me observa. Quizá sea demasiado paranoico.- Piensa Lavith con la mirada puesta en el cielo.
-Todo el mundo te mira…-
-… Parece que no todo eran imaginaciones mías…-
-Solo es porque eres el nuevo estudiante, nada más.- Le coloca la mano en el hombro de Lavith para tranquilizarlo un poco y con una ligera sonrisa le sigue hablando –No te preocupes por nada. Los estudiantes de aquí son bastantes abiertos de mente y no se meten en los asuntos de los demás, te mezclarás con ellos en muy poco tiempo.-
-Encajaría en poco tiempo con todos.- piensa Lavith para animarse. -¿Eso es bueno?-
-No se puede hacer nada. Nuestra escuela es así…- Le dice Yuta mientras aparta la mano.
-¿Este tío quién es?- Piensa mirando a Yuta.
Yuta se coloca delante cortándole el paso deteniendo la marcha –Pero, Lavith, tú no eres el tipo de personas al que le gusta entablar una conversación, ¿no? ¿Verdad? Esto es ideal para ti.-
-Lo pillas rápido. Se podría decir que no me acostumbro tan rápido a la gente.-
-Lo sabía… ¿Me estás escuchando?-
-¿En serio? Lo siento, te estoy haciendo perder el tiempo en vez de seguir por tu camino.-
Yuta se coloca al lado de Lavith prosiguiendo la marcha y con una sonrisa le responde –Eso no es verdad. Me gusta hablar con la gente.-
…
-¿Lavith?-
-Nada… Ya sabes, Yuta, es bastante deprimente ver solo a tíos ir a la escuela.-
-Es porque el camino al dormitorio de mujeres está en otro lugar.-
-Aun siendo mixto… es una putada. Supongo que habrá que esperar a llegar al edificio principal antes de ver alguna chica.-
-Sí…- Con una sonrisa y mirada picarona Yuta le sigue hablando –Pero si tienes novia, la puedes llevar a tu cuarto.-
Sorprendido aunque ya se lo imaginaba pregunta Lavith –¿De verdad?-
La sonrisa y mirada picarona desaparece del rostro dejando una sonrisa normal -¿Qué esperabas de un instituto?-
-Supongo… Pero primero tendrán que ir al edificio principal, ¿no?-
-Claro.-
-Se podría decir… que saben cómo montárselo bien.-
Yuta se detiene y con tono un poco más alto le dice -¡¿Qué estás diciendo? Es normal cuando hay amor!-
-Ya, ya… lo sé. Y ahora cálmate un poco, ¿quieres?-
Los dos prosiguen el camino hacia el edificio principal sin decir nada, pero solo se escuchaba a Yuta murmurar a si mismo. Lavith de vez en cuando le miraba pero no le prestaba atención.
-¡Oye!- Dice Lavith mirando a la cara de Yuta.
-Últimamente no hemos visto el sol.-
-Tío… Jamás le entenderé…- Piensa Lavith intentando saber porque ha soltado eso de repente.
-¿Qué crees que puede ser?-
Lavith no se podía creer la facilidad con la que ha cambiado de ánimo Yuta.
-¡Y a mí qué me cuentas! ¡Yo llegué ayer!-.-
-Ha estado así por días, todo el tiempo… A veces llueve un poco…. Con este clima no se puede estar seguro…-
…
-Los informes meteorológicos dicen que seguirá así unos días más. No se me va a secar nunca la ropa.- Dice mientras da un suspiro.
-Oh, vaya. No hay suficientes secadoras en la residencia de los chicos.-
-¿A que no? Es una mierda no poder airear las sabanas y colchas.-
Tras un periodo de tiempo, ninguno de los dos hablan –¿Por qué te callas tan repente Lavith?-
-Ah, no es nada…-
-¿Qué pasa?-
-Nada.-
Al cabo de unos minutos llegan al edificio principal a la planta baja. Es de estilo gótico; tiene tres plantas y un patio interior al aire libre. Hay un jardín en la planta baja conocido como jardín Luna, por su estatua de una mujer llamada Luna rociando agua con una vasija.
Las clases de cada curso están en el primer y segundo piso. Hay salidas y entradas en todos los puntos cardinales de esta planta. Ahora mismo, los caminos del oeste y el norte están repletos de estudiantes con uniformes blancos. El camino a la residencia de chicos está en la parte oeste. Y el camino a la residencia de las chicas está en la parte norte.
-Vale. El edificio donde está el despacho del decano está por aquí cerca, ¿no?-
-Así es. Está en el pabellón Alfa.-
-Gracias por acompañarme, Yuta. Y perdona por haberte retrasado. El gimnasio está algo lejos, pero aun así me has acompañado hasta aquí.-
Con la sonrisa puesta Yuta se despide de su amigo. –No te preocupes. He disfrutado de la conversación.-
-Ahora te toca Educación Física. Necesitarás tiempo para cambiarte, ¿no? Será mejor que te des prisa.-
-No tengo clase, pero será mejor que vaya igualmente.-
-Vale. Bueno, supongo que nos veremos por ahí alg…-
Yuta mira de forma extraña a Lavith preguntándole. –¿Te duele la cabeza?-
Niega con la cabeza y su amigo se alegra rápidamente.
-Eres un poco, demasiado rarito, Yuta-
-¿Perdón?-
-Ah, tan solo hablaba conmigo mismo.-
-Seguro que estabas contemplando a las chicas.-
Lavith sorprendido le dice. -¿Cómo? Te gusta sacar conclusiones precipitadas sobre extraños, ¿eh?-
-Pero has escuchado lo que he dicho hace un momento, ¿no?-
-Sí, sí… Te oído.-
Yuta con su sonrisa picarona le dice. –Pero no te preocupes por eso. Espera un mes y tendrás una chica, o incluso dos.-
… Comienza a mirar a Yuta mal. -¿Por qué te has enfadado?-
-¿Quién ha dicho que lo esté?-
-Lo parecías…-
-¿No tenías que hacer cosas en el gimnasio?-
-Ah, sí… Será mejor que me vaya antes de que te enfades aún más.-
-Nos vemos.-
-Me alegro de que estemos en la misma clase. Adiós.-
Yuta se aleja rápidamente, corriendo a gran velocidad. –Es un tipo pequeño, pero en un momento desaparece entre la muchedumbre… Estoy más nervioso de lo que pensaba. A veces siento como si estuviera en un sueño. Puedo sentir como si mi interior se desvaneciese… Siento como si… si estuviese en la oscuridad. Todavía no me he quitado de la cabeza…- Piensa mientras queda hipnotizado por la estatua.
Pone su mano en el agua de la fuente -¿La extraen de la tierra? Es tan clara… y fría…-
El agua helada atraviesa la piel; el frío le trae de vuelta a la realidad. –Es hora de ir a la oficina del decano en la planta baja del pabellón Alfa.
Se dirige al pabellón, a la planta baja y observa lo limpio que está todo. Hay varias macetas con unas cuantas plantas a lo largo del pasillo. –Llego un poco tarde… El pabellón está limpio como una patena. El suelo está tan pulido que parece un espejo. He visto a un bedel que se acercaba hasta aquí… Supongo que las escuelas privadas tienen suficiente dinero para contratar a un buen puñado de ellos. El despacho del decano se encuentra en la parte inferior izquierda del pabellón, es la única habitación que tiene puertas de madera.-
Empieza a caminar por el pasillo en busca de la puerta de madera… -Maldita sea, me duele la cabeza. Estoy justo delante del despacho del decano. Me encuentro un poco mal.-
Se recupera un poco del mareo. –El decano, mi tío, es quien dirige el colegio. Para ser sincero, ni siquiera tengo claro que estemos realmente emparentados. Solo sé que es rico e importante. Fue él quien me adopto cuando estaba enfermo y no tenía a dónde ir, y dudo que lo hiciese por amor. También fue él quien me obligó a inscribirme en esta escuela. Y rara vez he tenido la ocasión de verlo en persona, por eso no puedo evitar estar nervioso.-
Hecha una mirada a ambos lados del pasillo. –Quizá sea el aire viciado, no hay ventanas. En cualquier caso… Allá voy.-
Toc Toc.
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